Es altamente conocido que el mundo de la noche es complicado: licencias, burocracia, horarios, ruidos, borrachos... Emprender en este sector es tan necesario como complejo. Es por ello por lo que se debe elogiar la actitud emprendedora y valiente de Mauro Maqueda, fundador de Badiu Cerdanya, una de las discotecas de referencia del Pirineo catalán.
Sin embargo, la intención no lo es todo. En especial, si nos referimos a temas de seguridad. Y es que este local de Queixans, uno de los núcleos de población de Fontanals de Cerdanya (Girona), ha vuelto a ser objeto de una inspección por parte de la policía administrativa de los Mossos d'Esquadra.
Durante la noche del pasado 31 de octubre, coincidiendo con la fiesta de Halloween, este local de referencia de la burguesía catalana superó el aforo permitido en un 80%, montó una terraza exterior en una zona inundable e instaló una chimenea en el interior del local con la boca de incendios bloqueada.
La noche terminó siendo una auténtica película de terror para Maqueda, después de que los Mossos levantaran varias actas contra el local. Si bien la voluntad es buena, hay que poner empeño en cumplir con la norma, especialmente cuando tiene que ver con la seguridad de los clientes.