Aunque más vale tarde que nunca, Carmelo Ezpeleta ha postergado demasiado la decisión de suspender el Gran Premio de MotoGP de Valencia, programado para este mismo noviembre.
Después de que la DANA haya dejado al menos 205 víctimas, decenas de desaparecidos e innumerables daños materiales, la competición ha decidido pronunciarse y suspender la carrera.
Es loable su decisión --y Javier Tebas debería haber tomado nota también y haber suspender toda la jornada liguera de fútbol--, pero no puede llegar tan tarde, tras tantos muertos, tanto dolor. El deporte es secundario cuando la vida está en juego, los directivos deberían saberlo.
Las autoridades políticas y empresariales no pueden ir a remolque de la opinión pública y de las redes sociales. Deben actuar más rápido. Y, en este caso, ayudar a la Comunidad Valenciana a reparar todo aquello que sea reparable.