David Bondia, síndic de Barcelona, en una imagen oficial

David Bondia, síndic de Barcelona, en una imagen oficial Cedida

Examen a los protagonistas

David Bondia

Publicada

El síndic de Barcelona, David Bondia, ha apostado por virar la normativa de civismo del terreno sancionador a los apercibimientos. Según el defensor del vecino, la actual normativa aplicable está demasiado centrada en el castigo a los vándalos. Y, bajo su punto de vista, el uso del espacio público debe limitarse al aviso, más que a multas. 

Guste o no, como ya hizo con la casa okupa Antiga Escola Massana, Bondia se acerca temerosamente a los postulados de Barcelona en Comú. El partido de Ada Colau fue quien eligió a este activista pro derechos humanos, por delante de otras opciones más renovadoras, y el síndic sigue instalado en esa tesis. 

En lugar de ejercer de ombudsman de todos los residentes, Bondia parece actuar al dictado del partido de la primera edil. Desarbola la ordenanza de convivencia, pide dialogar con casas okupas o arropa al top manta

Por nobles que parezcan sus causas, hay otros actores y vecinos afectados por los fenómenos citados. Hay barceloneses víctimas del incivismo, hay propietarios hastiados con los okupas y existen pequeños comerciantes hartos de la venta ambulante. 

Por ello, el síndic debería pensar en un abordaje más integral de los problemas, y no sólo en la mirada que beneficia a su ideología y a la de la formación que lo elevó al cargo. Porque al fin y al cabo, su sueldo lo pagan todos los barceloneses, independientemente de sus ideas. 

Si busca avanzar en sus postulados, el activista tiene el asociacionismo civil privado o los partidos políticos para hacerlo. Pero utilizar un cargo público para hacer oposición a un gobierno municipal, sobre todo si ese envite es siempre desde el mismo lado, es altamente desleal.