Ramon Lamiel
El caos vivido en la AP-7 este jueves, 10 de octubre, es imperdonable. Una vez más, la principal arteria de comunicación de Cataluña ha sido una pesadilla para los conductores de vehículos privados. El incendio de un camión de productos lácteos de madrugada en Cerdanyola del Vallès ha generado retenciones durante, al menos, nueve horas.
La circulación de vehículos tan solo ha permanecido abierta en un carril desde primera hora de la mañana y hasta las 14 horas, pero las dimensiones del atasco en ambos sentidos han sido tales que este ha durado un par de horas más.
¿Cómo puede ser que un simple accidente genere más de nueve horas de retenciones? ¿Nadie ha sabido encontrar una solución alternativa durante nueve horas? ¿Hay alguien al volante --nunca mejor dicho-- del Servei Català de Trànsit (SCT)?