La secretaria general de ERC en funciones, Marta Rovira, junto al 'president', Pere Aragonès, y los secretarios generales adjuntos, Marta Vilalta y Juli Fernàndez EUROPA PRESS
Marta Rovira
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La guerra interna de ERC se encarniza a medida que se acerca su congreso del 30 de noviembre, fecha en que se decidirá la nueva presidencia y dirección del partido. El enfrentamiento entre su expresidente, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira, es cada vez más notorio, y la última muestra de ello han sido las filtraciones acerca del supuesto conocimiento que ésta última habría tenido de la polémica campaña contra los hermanos Maragall. Algo que Rovira niega, atribuyendo, además, a Junqueras un intento de desacreditarla.
El declive y los malos resultados de la formación republicana, reflejados en su sangrante pérdida de votos en las pasadas elecciones autonómicas, generales y municipales, han dejado a los republicanos en una situación crítica. ERC llega rota y dividida como nunca a su decisivo cónclave por el liderazgo interno.
Las "filtraciones sesgadas y parciales" que Rovira atribuye a Junqueras son sólo un episodio más en esta pugna en la que unos y otros -tanto los partidarios de la primera como los del segundo- parecen dispuestos a todo con tal de hacerse con el control de ERC. Rovira ya ha advertido a sus adversarios de que posee capturas de mensajes y conversaciones que podrían comprometerles, algo que por ahora ha evitado hacer. Y apunta que no quiere caer en la tentación de incurrir en filtraciones como las que ella padece. ¿Lo conseguirá?
