Magnus Ahlqvist
La sueca Securitas y la española Prosegur han retenido una de las externalizaciones estrella del mandato en Barcelona: la de la vigilancia de la red de Metro. Las dos empresas han sobrepujado a dos de sus competidores, Trablisa y Eulen, que habían tratado de abrir mercado en la seguridad del suburbano.
Ayer, la cúpula de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), con su presidenta Laia Bonet al frente, anunció el final de la adjudicación, de casi 170 millones de euros a cinco años. Bonet detalló que el contrato contempla una ampliación de horas de servicio hasta los cinco millones, un 5% más que el anterior, y una mayor dotación de vigilantes, hasta los 800, 50 más que el encargo precedente.
De este modo, Securitas y Prosegur repiten al frente de una de las concesiones delicadas de la infraestructura de la Ciudad Condal, por cuanto el suburbano ha notado también el incremento de inseguridad en los últimos años. Las dos empresas, con la ampliación de horas y profesionales, tienen el deber de estar a la altura de la confianza que ha depositado en ellas la Administración.
Por lo pronto, el resultado del procedimiento de adjudicación confirma que los dos líderes en el sector de la seguridad privada mantienen raigambre e influencia en Cataluña. Y que otros rivales no consiguen disputarles esa posición privilegiada.