Antoni Quintana
Los profesionales del sector financiero tienen derecho a operar con total libertad siempre que lo hagan dentro de los límites de la legalidad vigente. Eso sí, hay otras barreras más porosas: las éticas. Y aquí es cuando surgen dudas de la operativa de Antoni Quintana, consejero delegado de la poderosa e influyente, a la par que discreta, TQ Eurocredit.
La firma ha apoyado el nivel de vida de la familia Comadrán, tanto del padre, Antonio, como la del hijo, Kevin. Los Comadrán fueron claves en la caída de La Seda, el epítome del declive industrial catalán y que terminó en insolvencia. Y el padre, condenado por apropiación indebida.
En la nueva década, los Comadrán hacen gala de un tren de vida elevado que sorprende, y mucho, a sus acreedores. Muchos se preguntan por qué no se han pagado sus adeudos si la familia muestra un estilo de vida muy por encima del convencional. Que incluye, por ejemplo, el uso de un Lamborghini verde por las calles de Barcelona.
Ello en un contexto de numerosos embargos de administraciones.
Y aquí es cuando se abre el debate sobre Quintana y TQ. ¿Está ayudando a los Comadrán a huir de sus acreedores? Es ello ético? La firma, muy consolidada en el tejido empresarial catalán, debería ser transparente. Es algo que tranquilizará a los acreedores de su cliente y mejorará su reputación.