Ramon Canal
El Govern retrasará dos años, al menos sobre el papel, el final de obras del nuevo centro de protonterapia en el Parc Sanitari Pere Virgili de Barcelona. Los 24 meses, que en otras políticas públicas serían razonables por el colapso habitual que sufren las Administraciones, en este caso son lacerantes porque el Ejecutivo de Pere Aragonès (ERC) aseguró que con ello terminarían las derivaciones internacionales de pacientes.
Ahora, por las razones que fueran, el CatSalut ha retrasado a 2027 --como pronto-- la puesta en marcha de la instalación para enfermos con tumores. Se trata de un retraso hiriente que afectará a una población reducida, pero muy sensible, alguna de ella menor de edad.
Ya sea por razones presupuestarias o de otra índole, el Govern incumplirá con este grupo de ciudadanos. Y eso que la Fundación Amancio Ortega ha echado el resto, aportando la maquinaria. Pero el CatSalut ha sido incapaz de darse prisa y licitar la obra a tiempo: hasta 2027, como pronto, no funcionará.
Otro legado discutible de un Ejecutivo regional que, en materia sanitaria, ha dejado un sabor agridulce. Ha pagado la falta de los presupuestos de la Generalitat de Cataluña para 2024, sí, pero también la incapacidad propia.
Y en este aspecto, el responsable político es el director del CatSalut, Ramon Canal.