Anna Erra
Desprecio. Desprecio a una diputada y desprecio a toda la ciudadanía. Es lo que manifestó la Mesa del Parlament, presidida por Anna Erra (Junts), al responder con un "se toma nota" a la petición de Ciudadanos de retirar el sueldo a Ruben Wagensberg (ERC), secretario cuarto de la Cámara autonómica que percibe 7.000 euros mensuales, pero que se instaló en Suiza en cuanto se le vinculó con Tsunami Democràtic. Esto es, no ejerce.
Cs considera una "irregularidad parlamentaria" el hecho de mantener en el cargo a una persona que no hace sus funciones, pero esta cuestión poco importa a la mayoría independentista del Parlament, más preocupada por otros asuntos.
Y es que Erra acumula ya diversos desvaríos, como cuando, siendo aún alcaldesa de Vic, animó a los catalanes autóctonos en el Parlament a hablar en catalán a quienes "por su aspecto físico o nombre no parezcan catalanes". Cierto es que se disculpó después.
Por no hablar del uso partidista que hizo del Ayuntamiento de Vic en plena vorágine del procés, llenando la fachada de banderas y pancartas a favor de los presos, o las soflamas independentistas que procedían de uno de los altavoces del consistorio en 2018, o el permiso que dio para llenar la plaza Major de cruces amarillas, o el veto a entidades constitucionalistas...