Jaume Roures
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Jaume Roures, cofundador de Mediapro, ha emprendido una campaña mediática para reescribir parte de su gestión al frente del conglomerado audiovisual. Y, como es habitual en este tipo de prácticas, ha intentado esconder las sombras de su legado.
Respecto al caso Fifagate, donde la matriz de la firma admitió haber pagado un soborno, ha dulcificado el relato hasta atribuir la mala praxis de la compañía a la actitud de un grupo de directivos locales que fueron apeados de la empresa cuando salió a la luz.
No ocurrió exactamente así, tal y como reconoció Mediapro ante los tribunales estadounidenses que investigan el caso. Firmó un acuerdo de conformidad y tanto la empresa como parte de su equipo se libró de inculpaciones y condenas más duras de las esperadas. E incluso Gerard Romy, exsocio de Roures y de Tatxo Benet en la puesta en marcha de Mediapro, está imputado en la causa.