Anna Simó

El curso escolar en Cataluña empieza igual que transcurrió el pasado: con la Generalitat dando largas a las demandas del profesorado. Entre ellas, la de revertir de una vez por todas los severos recortes aplicados por el Govern en materia de Educación a lo largo de la última década, en plena vorágine del procés.

Ahora, la última excusa dada por la consellera del ramo, Anna Simó, consiste en vincular cualquier decisión en ese sentido a los presupuestos del año que viene. Al tiempo que, sin ningún reparo, anuncia que iniciará el diálogo con los sindicatos de maestros... apenas un día antes de la nueva convocatoria de huelga sectorial, convocada para el 6 de septiembre.

Más interesada se ha mostrado la dirigente de ERC en los últimos meses, en cambio, en mantener la inadmisible exclusión del castellano como lengua también vehicular en la enseñanza y en su férreo rechazo a cumplir las sentencias judiciales firmes que obligan a dar al menos un 25% de clases en este idioma en todo el sistema educativo autonómico. Y, mientras tanto, Cataluña continúa batiendo registros negativos -incluso a escala europea- en materia de abandono escolar prematuro, falta de comprensión lectora del alumnado y escasez de inversiones en sus instalaciones, como evidencian los numerosos barracones escolares en todo el territorio. Desastres sin paliativos de la mala gestión de los nacionalistas.