El recorrido hasta la fecha de Marc Murtra como presidente de Indra ha sido de todo menos sencillo. Cuestionado al principio por los mercados, contestado por los consejeros independientes y con un panorama difuso por el efecto de la pandemia, su paciencia y su mano izquierda han terminado por dar unos frutos que, además, se aventuran como los primeros de muchos. El desafío para los próximos años es de dimensiones gigantescas, pero, en este caso, Indra sí parece tener claro el camino. Probablemente otros lo diseñen y terminen de ejecutarlo. Pero Murtra siempre podrá apuntarse el indudable mérito de haberlo despejado cuando menos expedito parecía.

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