Jaume Subirós
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Jaume Subirós y sus hijos han conseguido superar el concurso de acreedores de su negocio decano, el Motel Empordà de Figueres, que abrió en 1961. Desde la solicitud voluntaria de la quiebra se ha hablado de la responsabilidad y del buen asesoramiento que ha recibido la familia, que ha conseguido superar la situación en muy poco tiempo (un año) y se ha sacado de encima a un fondo de inversión de perfil oportunista que pretendía capitalizar un préstamo que no podían devolver.
Todos ellos han demostrado que la restauración y la buena gestión empresarial también van de la mano. Más, en los momentos más duros, como fue la antesala de la declaración de la insolvencia. De todo el proceso, cabe destacar que la plantilla del establecimiento no se ha visto afectada por ninguna decisión laboral para ahorrar costes y que el negocio ha seguido en marcha y a pleno rendimiento. De lo peor, también se sale.