Kenneth Anger
El satanista chismoso
Camino de convertirse en centenario, nos dejó hace unos días el cineasta alternativo (al cine y a todo en general) Kenneth Anger (1927 – 2023), un hombre cuyas películas no ha visto casi nadie, pero que se convirtió en una figura de leyenda con su libro de chismorreos sobre el mundo del cine 'Hollywood Babylon' (1965), del que él mismo escribió una secuela en 1982 titulada, lógicamente, 'Hollywood Babylon 2'. Se trata, ciertamente, de dos textos muy entretenidos, aunque, eso sí, de una fiabilidad más que dudosa: en cuanto intuía un escándalo o algo mínimamente morboso en la industria del cine, el señor Anger lo incluía en sus libros sin preocuparse mucho de comprobar si era cierto. Entre la realidad y la leyenda, imprime la leyenda, dijo John Ford. El lema de nuestro nombre era ese dicho italiano que reza: Si non e vero, e ben trovatto.
Su nombre auténtico era Kenneth Wilbur Anglemyer, pero debió parecerle que Anger (en español, ira o rabia) sonaba mejor para alguien que, como él, además de cotilla y homosexual, también se declaraba satanista y practicante de la religión Thelema, inventada por el inglés Aleister Crowley (1875 – 1947), sujeto atrabiliario que se consideraba “el hombre más malvado del mundo”, aunque no faltan biógrafos que lo consideran, simplemente, un mamarracho con pretensiones demoníacas. En cualquier caso, el satanista británico fundó su, digamos, religión en la abadía de Thelema (en Cefalú, Sicilia) y a ella se apuntó nuestro héroe con un entusiasmo digno de mejor causa.
Si no me equivoco, Kenneth Anger nunca llegó a rodar un largometraje. Adelantándose a Almodóvar (en parte, por motivos presupuestarios, ya que le costaba Satán y ayuda encontrar financiación para sus delirios demoníaco-gais), su obra consistió en cortometrajes y mediometrajes bizarros no, lo siguiente. Recuerdo haber visto en la filmoteca durante mis años universitarios sus clásicos 'Scorpio rising' (1964) y 'Lucifer rising' (1972, con música de Bobby Beausoleil, miembro de la familia Manson) y haberme quedado pasmosamente impresionado, ya no sé si positiva o negativamente, pero eso es lo de menos, por aquellas marcianadas satánicas, sadomasoquistas y, con perdón, mariconas a más no poder. Evidentemente, la industria de Hollywood nunca le encargó nada mínimamente presentable, pero él tampoco lo buscó, pues se contentaba con rodar sus rarezas de cuatro perras y distribuirlas en ambientes marginales o cinematecas de todo el mundo. Hay quien asegura que 'Hollywood Babylon' fue su venganza contra un mundo que se negó siempre a admitirlo (John Waters tuvo algo más de suerte), pero yo creo que su vocación de chismoso fue lo que le llevó a escribir esos dos libros.
Nota a pie de página en la historia del cine, Kenneth Anger fue, por lo menos, un personaje peculiar y extremadamente fiel a sí mismo y a su mentor, Aleister Crowley, aunque tuvo que apañarse con otro cantamañanas diabólico que nunca fue tomado muy en serio, Anton La Vey, satanista que aparece en 'Invocation of my demon brother', rodada en 1969. Pese a puntuales problemas con la ley por las típicas acusaciones de inmoralidad, pornografía y promoción de la homosexualidad, su vida fue todo lo apacible que se puede esperar de un satanista en el fondo inofensivo.