El actor Ben Affleck /EP

El actor Ben Affleck /EP

Examen a los protagonistas

Ben Affleck

9 abril, 2023 00:00

Historia de una zapatilla

Ben Affleck es un actor norteamericano al que piadosamente tildaré de limitado (en vez de decir que me parece más malo que la tiña, vaya, ya lo he dicho). No recuerdo ni una sola interpretación suya que se me haya quedado grabada en la memoria. Reconozco que es un tipo atractivo (aunque esas facciones tan americanas que parecen esculpidas a navaja me irritan ligeramente, pero puede que sea por envidia, a causa de mi rostro, digamos, redondeado y más en la línea de mi difunto amigo Joan Barril que en la de mi admirado Sam Shepard) y que tiene buen gusto para las mujeres: Jennifer Garner, madre de sus hijos, la preciosa Ana de Armas o la exuberante Jennifer López, aunque no entiendo la cara de sueño y/o aburrimiento con la que aparece nuestro hombre en todas las fotos de su boda con Jenny from the block…Creo que solo cumplió decentemente como actor en The Batman, sobre todo en las secuencias en que aparece enmascarado y debajo de esas orejas puntiagudas tanto podría estar él como Perico de los Palotes.

Reconozco que cuando se pasó a la dirección de largometrajes, se pudo comprobar que la cosa se le daba algo mejor. Pese a dirigir un poco en plan Clint Eastwood, es decir, con el piloto automático puesto (plano, contraplano, plano general, algún traveling y no te compliques más la vida), se marcó películas tan decentes como Gone, baby, gone (2007, adaptación de la novela homónima del gran Dennis Lehane), The town (2010) o Argo (2012). O sea, que, si como actor era insalvable, parecía que como director tenía ante sí un futuro razonablemente digno. O eso creía yo.

Ben Affleck acaba de estrenar en España su última película como director, Air, que ni pienso ver porque la historia que pretende contarme no puede interesarme menos: la creación, entre el jugador de baloncesto Michael Jordan y la empresa de calzado deportivo Nike, de las bambas conocidas por el mismo nombre del largometraje en cuestión. Hasta ahora, pensaba que no podía haber nada peor que las adaptaciones de los comics de Marvel o de determinados videojuegos, pero el señor Affleck me acaba de confirmar hasta qué punto podían empeorar las cosas rodando la biopic de una zapatilla (y sin reservarse el papel de la zapatilla en cuestión, que lo habría bordado).

Uno ya está un poco harto de que los gringos se crean que lo que para ellos es importante, lo es también para los habitantes del resto del planeta. Ya me mantuve alejado de las biografías de Mark Zuckerberg, Bill Gates, Steve Jobs y demás héroes modernos que conquistaron el mundo desde el garaje de la casa de sus padres. Me mantengo a una prudente distancia de cualquier película que se desarrolle en el universo del béisbol. O sea, que tomo mis precauciones. Pero lo del señor Affleck me ha dejado, como dicen por allí, flatfooted. ¿Qué será lo próximo, Ben? ¿Una trilogía sobre la evolución del donut desde sus inicios hasta la actualidad?