La escritora Júlia Bacardit rechaza traducir su obra al castellano / YOUTUBE

La escritora Júlia Bacardit rechaza traducir su obra al castellano / YOUTUBE

Examen a los protagonistas

Júlia Bacardit

26 marzo, 2023 00:00

Reina por un día

Reconozco que no había oído hablar en mi vida de la periodista Júlia Bacardit (Barcelona, 1991) hasta que se hizo con esos 15 minutos de fama que Andy Warhol pronosticaba para todos los seres humanos al prohibir la traducción al castellano (lo especifica en el contrato) de su libro Dietari sentimental. Lo que a mí me parece una salida de pata de banco, ya que, en principio, la aspiración de todo escritor es que le lea cuanta más gente mejor, para ella es una muestra de su renuencia a lo que llama “la bilingüización de la cultura catalana” (no me constan actitudes semejantes en ningún escritor en español que sea traducido al catalán, aunque sus posibles lectores entiendan perfectamente la versión original), y añade que le hace ilusión que sus amigas castellanoparlantes (¡tiene amigas que hablan español!: cuidado, que eso puede volvérsele en contra entre los talibanes que han aplaudido su decisión) la lean en el idioma original. Teniendo en cuenta que su anterior libro, El preu de ser mare, se vendió más en castellano (El precio de ser madre) que en catalán, no sé muy bien a qué viene ahora este absurdo y contraproducente movimiento que, a corto plazo, puede incrementar las ventas de su Diari sentimental, pero que a la larga puede resultarle lesivo para sus intereses económicos.

Intuyo que la buena mujer buscaba una manera de que todo el mundo hablara de su nueva obra, y hay que reconocer que lo ha logrado, ya sea para elogiarla o para ponerla de vuelta y media. En cualquier caso, se trata de una polémica (o, más bien de un conato de polémica) de vuelo gallináceo: no creo que ningún editor español se suicide ante la perspectiva de no poder traducir el diario sentimental de la señora Bacardit; la traducción a cualquier otra lengua está permitida por la autora, así que el resto de los editores de todo el mundo pueden respirar tranquilos y ya tardan a la hora de enviar los contratos de traducción (aunque no es del todo seguro que lo hagan). De momento, la única editorial que puede estar que trina con la decisión de la señora Bacardit es la que publicó en español El preu de ser mare (que va sobre la donación de óvulos, según he leído por ahí).

Lo de Júlia Bacardit es, de hecho, la versión pasivo-agresiva (una cosa muy catalana) de la actitud insultante hacia los españoles que sostienen profundos intelectuales locales como Jair Domínguez o el rupestre humorista Peyu. Bacardit no insulta, sólo desprecia. Y en el inframundo lazi, claro está, le han salido fans de debajo de las piedras, lo cual es la prueba de que un sector de la población catalana tiene de la cultura la misma opinión que sus gobiernillos: el idioma es más importante que la propia obra. En fin, que disfrute la señora Bacardit de sus 15 minutos de gloria y esperemos que les saque rentabilidad. No sé si la idea ha sido suya o de su agente, ni si obedece a su peculiar manera de entender el patriotismo o es una jugada comercial que puede salir bien o mal. Pero teniendo en cuenta el dato de que El precio de ser madre vendió más que El preu de ser mare, me temo que a esta ciudadana ejemplar le puede salir el tiro por la culata. Eso sí, ha conseguido que se hable de ella, que es algo que siempre da gustito, aunque sea mal.