Raquel Sánchez
El Gobierno ha accedido finalmente a prorrogar el tope del alquiler tal y como pedía Bildu. Suma así el apoyo de este partido a los Presupuestos Generales del Estado, pero a costa de incrementar la inseguridad jurídica y las tensiones en el mercado de la vivienda, tal y como ha denunciado el sector inmobiliario.
Alargar el choque entre PSOE y Unidas Podemos sobre los límites del alquiler de la futura ley de vivienda sirve como distracción de la solución real: invertir más en construir pisos públicos.
El siempre delicado asunto de los alquileres se emplea, además, como moneda de cambio sin reparar en los daños que ocasiona a pequeños propietarios (los mayoritarios en este segmento).
La ministra del ramo, Raquel Sánchez, no puede ponerse de perfil mientras la incertidumbre ahuyenta a los inversores, agrava la falta de oferta y dificulta todavía más el acceso a la vivienda.