Hèctor López Bofill
Hèctor López Bofill y su llamamiento a un conflicto armado en Cataluña ejemplifica la faceta más oscura de un independentismo ultra, que todavía da coletazos y que, a la desesperada, utiliza una supuesta libertad de expresión para generar odio. El concejal de Junts per Catalunya (JxCat) en Altafulla es reincidente, pues no es la primera vez que defiende el guerracivilismo como forma de lograr la independencia de Cataluña. En su día propuso crear un ejército con 10.000 efectivos para luchar contra España.
El problema es que López Bofill todavia tiene muchos seguidores que difunden una forma de hacer política, inaceptable en sociedades democráticas y progresistas, consistente en azuzar la confrontación y la exclusión del que es diferente. Pero algo está cambiando, pues la Universitat Pompeu Fabra (UPF), donde el secesionista trabaja como profesor, ha decidido analizar sus palabras para determinar si son sancionables. Quizá el expediente quede en nada, pero el cualquier caso, personajes como López Bofill, a los que les gusta jugar con la muerte, están cada vez más aislados. Y eso es motivo de celebración.