Luis Raluy Tomàs
Despedimos a Luis Raluy Tomàs, un artista que logró lo más difícil: sacar una sonrisa unánime al público con la propuesta circense de su familia. El payaso y director de circo falleció ayer a los 79 años en Valencia tras una larga enfermedad. No obstante, tal y como subrayan sus allegados, deja tras de sí un legado centenario que perdurará en el tiempo y seguirá vivo a través del Circo Raluy Legacy, donde las generaciones siguientes continúan con el oficio familiar desde hace más de 50 años.
Nacido el 25 de febrero de 1942 en Sant Adrià de Besòs (Barcelona), el mayor de la saga de los Raluy viajó toda su vida por el mundo a bordo de un carromato, buscando la sonrisa de los espectadores. Con la cara pintada de blanco, también fue hombre bala, trapecista volador y acróbata de doble barra fija, además de matemático, escritor y músico. El artista no solo mantuvo en pie el circo que fundó su padre, sino que ha logrado transmitir la pasión por el espectáculo cricense a sus hijos y nietos, que ahora le toman el relevo para continuar dibujando sonrisas en el rostro de la gente allá donde vayan.