Janet Sanz
La segunda teniente de alcalde de Barcelona y responsable del área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, ha demostrado habilidad en salvar a los comunes de que quede expuesta su mala gestión en materia de turismo local. Como ocurre en otras actividades privadas en las que deben marcar las reglas del juego, ha imperado la llamada política del no y el intentar dejar de atraer a más visitantes mediante el ahogo a las empresas del sector. El problema es que los turistas no dejan de venir y ni siquera se ha conseguido mejorar el impacto económico y social de una actividad cuyas cifras tocaron techo en 2019 y que solo se frenaron con la pandemia.
Ahora, los comunes de Ada Colau han llegado casi a una especie de acuerdo de no agresión con los empresarios del sector que les garantiza paz en este sentido hasta las elecciones locales de 2023. El problema es que la actividad que es la principal fuente de ingresos de la ciudad no se debería gestionar de forma tan cortoplacista. Ni a los intereses de un partido, ya que lo ideal sería buscar consensos amplios. Algo que, por ahora, en la capital catalana brilla por su ausencia.