Quim Torra
Quim Torra ha preferido anteponer sus intereses electorales y la obediencia debida a Carles Puigdemont a su obligación de resolver la crisis registrada en Lleida debido al rebrote del coronavirus de la forma más rápida y eficiente posible.
Obsesionado con la confrontación con el Estado para así demostrar su ADN independentista, el presidente de la Generalitat mantiene en vilo a alcaldes y ciudadanos de Lleida desde el domingo. Prefiere el conflicto de competencias a la gestión. Y, con ello, sus pulsos partidistas a cubrir las necesidades de los catalanes.