Ada Colau
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, se ha equivocado dos veces. La munícipe no vigiló que su equipo detuviera el giro de recibos de la tasa de mantenimiento de nichos de los cementerios a los vecinos de la ciudad condal. Ahora, la ciudadanía ha visto como a sus cuentas corrientes les llega un recibo por valor del doble de la cantidad del año anterior. Todo ello en plena pandemia de SARS-CoV-2.
Asimismo, la primera edil no dio ayer la cara y desvió la pregunta de una periodista sobre este asunto a Albert Batlle, teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, durante una rueda de prensa. Un gesto feo de una alcaldesa que asegura que se preocupa de "los más vulnerables".