Francisco González
El expresidente del BBVA echó mano de los servicios del entonces comisario Villarejo para que le ayudase a quitarse de encima a quienes pretendían echarle del banco en 2005. Eran gentes poderosas, con mucho dinero y ayuda política desde el Gobierno. Francisco González logró el apoyo cerrado de un consejo de administración que controlaba con mano de hierro y consiguió resistir la acometida gracias al poder que la legislación española concede a los órganos de gobierno de las compañías cotizadas. Pero ahora sabemos que no solo se benefició de una normativa que protege más a los gestores que a los accionistas, sino que probablemente hizo juego sucio.