Abel Matutes Prats, en una fotografía anterior
La aportación de la familia Matutes a la economía de Ibiza ha sido colosal. Una saga de empresarios ha transformado el turismo y el ocio balear hasta tornarlos irreconocibles. Han subido el nivel del producto y el mercado ha respondido.
Ejemplos de éxito hay muchos: Palladium como cadena hotelera es el más evidente. Pero también específicamente Ushuaïa, el beach club que lo cambió todo.
Sin embargo, el último proyecto del linaje pitiuso ha levantado algunas aristas, incluso internas. Unvrs, el hiperclub de Sant Antoni, ha provocado que otros negocios --Amnesia es el más claro, pero también Hï, de los propios Matutes-- se vaciaran.
Ahora, la familia ha quedado atrapada en su exceso de apetito innovador. Tendrá que negociarlo con Yann Pissenem, su socio y uno de los magos de la noche patria.
