Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy / NATURGY
En un año que no está siendo nada sencillo en el ámbito energético, Naturgy acaba de de dar una guía al mercado de más de 2.000 millones de euros de beneficio y de un Ebitda por encima de 5.300 millones al cierre de 2025. Cifras que constituyen un record histórico, sobrepasan las previsiones del mercado y ponen a la compañía en el camino de superar el plan estratégico ya desde el primer año de su vigencia.
Credenciales más que suficientes para avalar la labor de Francisco Reynés, que cumplió el pasado febrero siete años al frente de la compañía, siempre con todo el poder ejecutivo en sus manos.
Además del nuevo plan, Naturgy también ha afrontado un proceso para elevar su liquidez en bolsa, a través de una auto OPA para la que ha resultado fundamental el acuerdo entre los cuatro principales accionistas para acudir en pleno. Los equilibrios de poder se mantienen intactos y la energética asume una operación más que necesaria para, en palabras del propio Reynés, “ser una auténtica empresa cotizada”.
Muchas novedades, muchas negociaciones y mucho consenso en un entorno que no deja de estar mediatizado por la próxima salida de los fondos Blackrock-GIP y Rioja. Un escenario que no se ha superado aun, pese a que el ruido ha disminuido de forma notable.
Y también, en un contexto de volatilidad elevada en los mercados energéticos, condicionados por una guerra militar que no termina y otra, de carácter comercial, que amenaza con sacudir casi cada día el entorno geopolítico mundial. Con todos estos elementos sobre la mesa, el desempeño de Naturgy cobra aun más valor si cabe y añade puntos favorables a la gestión de Reynés.