La desobediencia según la ANC
“Presidente, haga la independencia”, dijo la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, en la manifestación del 11 de septiembre. Toda una invitación para que Pere Aragonès se salte la ley y que, por tanto, tenga que asumir las consecuencias. Con estas palabras, Paluzie se puso al frente de los sectores más radicales que están en contra de la mesa de diálogo que se reunirá esta semana, y pidió al presidente de la Generalitat que desobedezca y ponga en marcha una nueva DUI.
A la presidenta de la ANC se le podría decir “consejos doy que para mí no tengo”, porque eso de desobedecer no va con su organización. En julio de 2019, Foment del Treball denunció la página web de la ANC que promovía el consumo en empresas “comprometidas” con la independencia. Consumestrategic.cat, enmarcada en la campaña Eines de País, fue cerrada por orden del Tribunal Superior de Justicia, en el mes de diciembre de ese mismo año, porque atentaba a la competencia. Después de algún escarceo, la ANC acató la sentencia y la web fue cerrada. O sea, que Paluzie demanda a otros una desobediencia que ella no asume. Es decir, la muy osada presidenta de la ANC se cuida muy mucho de saltarse la ley para no tener que asumir unas consecuencias legales. Esto de pedir valentía a otros es más fácil que aplicarse esa valentía en primera persona. Es la forma de entender la “desobediencia” según la ANC. Una especie de ley del embudo. Lo ancho para mí, lo estrecho para otros.