"Repugnante, inmoral": la pataleta de Puigdemont ante la consulta de ERC por la investidura

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha recurrido al análisis de un pasaje de Don Juan Tenorio para escenificar su pataleta contra la consulta por la investidura de Salvador Illa a cargo de Esquerra Republicana (ERC), a la que acusa de dejarse engañar por los socialistas.

Precisamente hoy, las bases están llamadas a ratificar el preacuerdo alcanzado por la dirección del partido para permitir al candidato del PSC alcanzar la presidencia de la Generalitat a cambio de un concierto económico que saque a Cataluña del régimen de financiación común.

Metáfora contra ERC y PSC

El líder de Junts --que ha tratado sin éxito de competir con el ganador de las elecciones para ser propuesto como candidato a la investidura y amenaza con su detención para ponerlo todo patas arriba-- se ha servido de un paralelismo literario para manifestar su enfado.

En una publicación en la red social X, Puigdemont recoge las anotaciones sobre el personaje de José Zorrilla en Meditaciones en el desierto a cargo de Gaziel, seudónimo al que responde el periodista Agustí Calvet.

"Los Tenorios de la política española"

"Me parece interesante de retener [la interpretación de Gaziel] al tratar con los Tenorios de la política española de hoy, justo antes de morir", asegura el expresident. Y añade las últimas palabras del personaje: "¡Yo, santo Dios, creo en ti!".

Para el periodista, esta conversión no es sincera, sino "sospechosa, insincera y oportunista", con la que busca "hacer pasar gato por liebre" y dejar "burladas" a sus víctimas, algo que censura al considerarlo "incomprensible, repugnante y profundamente inmoral".

El presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès (i) saluda al líder del PSC, Salvador Illa (d), durante la 39ª edición de la Reunió Cercle d’Economia DAVID ZORRAKINO EUROPA PRESS

Así, Puigdemont se sirve de un personaje eminentemente mentiroso y zalamero para describir al PSC, a la vez que presenta a ERC como su víctima, el mismo día en que la militancia republicana puede dar su visto bueno a la investidura del candidato socialista.