Cuando la inmersión empobrece
Pese a que la postura oficial del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) ante la inmersión lingüística es la de apoyarla y ponerse de perfil ante las polémicas que desata su aplicación, la dirección del partido reconoce en privado que de hecho ha tenido consecuencias negativas en algunos aspectos, como en la atracción de talento.
Recientemente, un dirigente del partido admitió en privado que de haberse aplicado años atrás la presión de ahora para que el catalán sea el idioma vehicular y casi único en las universidades sería imposible que gentes como Francina Armengol, Ximo Puig y Javier Lambán hubieran estudiado sus carreras en Cataluña.
La presidenta del Govern balear cursó sus estudios superiores en la Facultad de Farmacia de Barcelona. Su homólogo valenciano hizo Periodismo en la UAB. Y el máximo responsable de la Diputación General de Aragón obtuvo la licenciatura de Historia en la Universitat de Barcelona.
Se da la circunstancia de que los tres son socialistas, pero también, como recordaba el dirigente del PSC aludido, se da la circunstancia de que se sienten próximos a Cataluña y que en los últimos años han respaldado iniciativas para consolidar la relación y los intercambios comerciales entre las cuatro comunidades autónomas. Unas iniciativas, por cierto, que han sido tratadas con desdén por la Generalitat independentista.