Elisenda Paluzie, española a tiempo parcial
Es público y notorio que Elisenda Paluzie, presidenta de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), se pasa el día renegando de todo aquello que pueda recordarle a esa España que, por mucho que le moleste, sigue constando tanto en su DNI como en su pasaporte. En los últimos días, por ejemplo, hemos tenido ocasión de escucharle decir, en un coloquio celebrado en la Universitat Catalana d’Estiu, que la celebración del juicio contra la Sindicatura Electoral del 1-O, fijado para los días 4 y 5 de noviembre, constituye un ataque a la libertad académica, en tanto que persigue condicionar que la comunidad universitaria se involucre en la causa independentista. Esta declaración constata, una vez más, que la presidenta de la ANC no es capaz de ver la viga en el ojo propio, máxime si tenemos presente los intentos constantes del movimiento independentista para controlar y asaltar las instituciones en su propio interés y beneficio. Un asalto que podría protagonizar ella misma en las próximas elecciones de la Universitat de Barcelona.
Una universidad que ha sido elegida como uno de los puntos de las manifestaciones del 11-S, incluso después de las nuevas medidas de Quim Torra, que autoriza manifestaciones como la Diada pese a prohibir las reuniones de más de 10 personas en Cataluña. Paluzie ha elegido este punto para denunciar la dependencia de las universidades catalanas de la legislación española que, a su juicio, limita sus posibilidades de crecimiento y correcto funcionamiento. Esta afirmación de Paluzie supone obviar, conscientemente, que Cataluña tiene, desde hace años, una Ley de Universidades (LUC), así como que el gobierno catalán y las políticas de Mas-Colell fueron abanderadas, en toda España, de los recortes en materia de financiación universitaria.
Mientras critica a España, Paluzie cobra de España. Desde el 10 de marzo de 2020, la presidenta de la ANC es “alta funcionaria” del Estado, español of course, porque fue nombrada catedrática de Economía Aplicada de la UB. Por cierto, también gracias a una ley española, la Ley Orgánica de Universidades. Que se sepa, Paluzie no ha renegado de este salario “español” que se le ingresa cada mes en su cuenta corriente. Es lo que tiene ser española a tiempo parcial.