Llueve sobre mojado en el Baix Llobregat
Pasó el temporal Gloria y el Parque Agrario del Baix Llobregat se inundó. Las zonas situadas al sur de la C-32, una infraestructura que dividió en dos el parque y que impide que el agua transite. Han pasado poco más de dos meses y las lluvias de los últimos días han vuelto a dar al traste con los anhelos de los payeses de la zona.
El Parque Agrario ha sido uno de los pulmones de la actividad agroalimentaria de estas semanas de reclusión. Sus productos llegaban cada día a Mercabarna y a numerosos comercios. Ahora, muchos agricultores no lo podrán hacer porque el muro que impide evacuar el agua les ha vuelto a inundar los campos. Sin duda, llueve sobre mojado, como denuncian desde el Institut Agrícola de Sant Isidre y los trabajadores de la agricultura de la zona.
La única solución para solventar esta situación es un nuevo tornillo de Arquímedes, una infraestructura utilizada en la antigua Grecia y en Egipto que permite el bombeo del agua. El Parque Agrario del Baix Llobregat solo tiene uno, que se demuestra una y otra vez como insuficiente y cuya eficacia es más que cuestionable por estar obsoleto. Los agricultores de la huerta de Barcelona llevan años pidiendo un segundo cargol, para dar curso a las crecidas del río y las tormentas, a lo que hay que sumar el alto nivel de la capa freática que está apenas a un metro de la superficie. El Ayuntamiento de Gavà para paliar la situación en la medida de lo posible, ha instalado una motobomba en la laguna de La Murtra. Como ya se informó en Crónica Global, el coste de la infraestructura no supera los 300.000 euros y evitaría situaciones como la actual.
El Gloria dio al traste con el 60% de la cosecha. Las tormentas de los últimos días no se han valorado, pero el sector agrario está que trina porque ninguna administración les da solución. Han sido en estas semanas un sector fundamental para evitar que se rompiera la cadena de suministro; ahora, sus acelgas y sus escarolas tienen el agua hasta el cuello y las previsiones apuntan a la pérdida de la recolección de primavera --patatas, que debían recogerse en pocas semanas, calabacines, lechugas, nabos y zanahorias--. La cosecha de la temporada de verano, la de pepinos, tomates y de judía verde entre otros productos, pende de un hilo.
El mercado de proximidad de Barcelona quedará paralizado, en más de un 80%, por no tener un segundo de estos tornillos que daría una alternativa a una comarca como la del Baix Llobregat que sigue, por ahora, teniendo un sector agrícola importante. Si no se ponen las medidas suficientes lo dejará de tener. No serán los primeros. Algunos ya han tirado la toalla y se han ido.