Jordi Évole, fan de Loquillo
El festival de Cap Roig se ha convertido en el epicentro de los festivales estivales en Cataluña. Los datos que ha hecho públicos la Fundación Bancaria Caixa así lo demuestran. Una asistencia de 56.261 personas no es una cifra despreciable en el marco incomparable de Calella de Palafrugell. Con un cartel de lujo, las noches de julio y agosto llenaron las gradas del festival en el que se daban cita miles de ciudadanos con un denominador común: la música, con géneros para todos los gustos.
En las gradas de Cap Roig se podían encontrar empresarios, gente del mundo del espectáculo, de la cultura y periodistas. Una de esas noches, la del 12 de agosto, con una temperatura envidiable, miles de personas acudieron a Cap Roig a ver a José María Sanz, “Loquillo”.
Para el artista catalán, el rock no es un género, es una actitud ante la vida. Y así, con actitud, se pudo ver a Jordi Évole dándolo todo en las dos horas de actuación del antiguo rey de Los Trogloditas. Un Évole que distaba mucho de cómo se le conoce ante la cámara. En Cap Roig movió el esqueleto como el que más porque el concierto de Loquillo estuvo a la altura, y en Cap Roig hemos descubierto a otro fan del artista de El Clot.