El error de principiante de Pisarello que obligará a Colau a recortar
Es el error de principiante de Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde de Barcelona, que obligará a Ada Colau a recortar. La munícipe de Barcelona deberá hacer ajustes si no revierte la tendencia de recaudación de impuestos porque su número dos calculó mal la recaudación por la plusvalía municipal.
Según los datos que manejan los partidos de la oposición, y que el PSC citó durante el pleno municipal en el que el resto de partidos intervinieron el presupuesto municipal el viernes, el Ayuntamiento de Barcelona sólo ha recaudado uno de cada tres euros de los previstos por el impuesto sobre la transmisión de inmuebles urbanos.
No es normal. Y no lo es porque el área de Economía del Ayuntamiento, que pende de Pisarello, presupuestó una recaudación de 230,72 millones de euros de cara al 2018, un 33,62% más que el ejercicio anterior. La previsión optimista dista mucho de las estimaciones de ingresos por plusvalía municipal que hicieron, por ejemplo, Madrid (-3,35%), Sevilla (-11,94%), Valencia (0%) y Zaragoza (-10%).
Todos estos consistorios, algunos gobernados por coaliciones cercanas a Barcelona en Comú, estimaron a la baja o en negativo, ya que tuvieron en cuenta la sentencia del Tribunal Constitucional de 2017 que ponía límites a este gravamen. El equipo de Colau, y más concretamente Pisarello, no lo hizo. Ahora acusan la falta de ingresos --que la oposición apunta que también se producen en otras tasas-- y deberá realizar recortes difíciles de justificar.
Los comunes han culpado al "limbo legal" de la plusvalía municipal el descuadre de su presupuesto para 2018. Lo que esconden es que presupuestaron alegremente, sin provisionar con arreglo a las perspectivas razonables, y ahora lo están pagando.