El mal rato de Constantí Serrallonga, director general de Fira Barcelona
El director general de Fira Barcelona, Constantí Serrallonga, ha pasado este martes su primera prueba de fuego tras ser detenido en el marco de la última operación del caso 3%. El ejecutivo de Convergència compareció ante la prensa como líder de la principal institución público-privada de Barcelona para dar cuenta de los actos que la fundación que rige la Mobile World Capital (MWCapital) organiza para el congreso del móvil que empezará el próximo 27 de febrero. Y no ha conseguido precisamente graduarse con nota.
Visiblemente nervioso, Serrallonga hizo una breve declaración sobre la ventaja competitiva que tiene la capital catalana por acoger la principal feria del mundo del sector móvil. Tras esas palabras, ha dejado el atril.
La forma en la que estaba organizado el acto no le ha permitido asumir el perfil bajo deseado. Se ha sentado en un escenario junto a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau; el consejero de Empresa y Conocimiento catalán, Jordi Baiget; el secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, José María Lassalle; y el director general de la MWCapital.
Serrallonga fue ratificado en su cargo hace una semana por el consejo de administración de Fira Barcelona. Sus miembros señalaron que su implicación en la causa que investiga la presunta trama corrupta del entorno de Convergència tiene que ver con su etapa de gerente del Ayuntamiento de Barcelona, cuando Xavier Trias era alcalde. No con su gestión en la Fira.
Se destacó que lo único que hizo fue firmar los papeles que le ponían delante. No impulsó supuestamente ninguna actividad ilícita. Asimismo, el consejo de administración dejó claro que no podían hacer diferencias entre el actual director general de Fira Barcelona y su predecesor en el cargo, Agustí Cordón. El actual consejero delegado de Grupo Zeta estuvo investigado (la actual figura de la imputación) por el caso Spanair.