El Barça de basket también necesita una buena sacudida. Está en crisis. Este domingo, el equipo de Jon Peñarroya fue derrotado en el Nou Congost por un Manresa infinitamente superior (85-72) que desnudó su falta de intensidad defensiva. Impotente, el Barcelona se desmorona semana tras semana, para desesperación de Joan Laporta y Juan Carlos Navarro, un crack en las pistas, pero demasiado errático en los despachos. La única nota positiva fue la aparición de Butajevas.
El Barça encaró el partido contra el Manresa con dos bajas importantes: Raúl Neto y Jabari Parker. El base, según informó el club, estará cuatro semanas de baja por una lesión en el aductor de la pierna izquierda, mientras que el ala-pívot sufrió una contusión en la rodilla izquierda durante el último partido de la Euroliga, contra el Real Madrid.
Pocas notas positivas
Peñarroya ha descartado a Parker como medida de precaución, consciente de que el jugador estadounidense es una pieza muy importante en el Barça. Parker es uno de los jugadores con más talento y promedia 11,5 puntos por partido en la Liga ACB.
El Manresa jugó mucho mejor que el Barça, castigado también por la lesión de Darío Brizuela. Peñarroya apostó por Juan Núñez como base, pero el jugador madrileño no estuvo muy inspirado, y los mejores minutos barcelonistas en la primera parte llegaron con Satoransky en pista. También estuvo productivo Parra, ala-pívot por necesidades del guion, pero muchas piezas estaban desajustadas.
Dani Pérez, inspirado
Dani Pérez, un veterano base de 34 años, fue una pesadilla para el Barça. Dirigió bien al equipo y, sobre todo, anotó 13 puntos en la primera parte, que finalizó con victoria manresana por 51-38. El otro jugador que castigó la endeblez defensiva del Barcelona fue Reyes, autor de 11 puntos.
El técnico azulgrana no encontraba la tecla para rescatar al equipo. Nunca tuvo buenas sensaciones. Tampoco Kevin Punter, que fue castigado con dos técnicas y nunca tuvo la muñeca caliente. El Manresa, con más deseo, se escapó hasta los 20 puntos para desolación de Peñarroya, cada día más cuestionado en el Palau. Igual que Navarro. A Laporta, los problemas se le multiplican.