El efecto Flick se diluye en el Barça: Laporta tiene un problema
- El presidente azulgrana está en manos del entrenador y necesita la reacción inmediata del equipo para evitar más tensiones
- Más noticias: Tres ex del Barça amargan a Laporta el 125 aniversario del club
Noticias relacionadas
Hansi Flick fue la gran apuesta de Joan Laporta para cerrar la crisis de la pasada temporada. El presidente del Barça despidió a Xavi Hernández y apostó por el técnico alemán, campeón de todo con el Bayern y de nada con la selección alemana. El club, como en tantas ocasiones, estaba en manos del equipo y la temporada arrancó de la mejor manera: con 11 victorias en las primeras 12 jornadas de Liga.
El Barça parecía una máquina de marcar goles y de asfixiar a los rivales. El equipo tenía pegada y su presión alta era aplaudida por todos sus rivales. El mejor momento llegó con el 0-4 contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, días después de golear al Bayern de Múnich (4-1) en el Lluís Companys.
Atila, el rey de los Hunos
Laporta sacaba pecho. Estaba eufórico. Una semana antes, la asamblea de compromisarios había aprobado sus números, bajo sospecha, y el equipo arrasaba por donde pasaba, como Atila, el rey de los Hunos. El problema es que los futbolistas se destensaron y Lamine Yamal, el más desquilibrante, se lesionó.
El Barça levantó el pie del acelerador. A toda mecha, es un equipo casi imbatible. Con una marcha menos, es vulnerable. Los técnicos rivales, mientras, encontraron el antídoto para desactivar el plan de Flick, de quien se espera una respuesta convincente. Ahora ya debe saber qué es el famoso entorno.
Un punto de nueve
Flick, un entrenador cercano a los jugadores, necesita soluciones. Ahora más que nunca debe ser un buen psicólogo. Los futbolistas también deben creer en sus recetas en los malos momentos. El primer día que expresó su malestar fue tras el derbi contra el Espanyol. Ganó el Barça, pero su segunda parte fue impropia de un equipo que sueña a lo grande.
El Barça, desde entonces, perdió en Anoeta, empató en Balaídos y perdió contra Las Palmas en Montjuïc. En tres partidos, el equipo solo ha marcado tres goles y ha recibido cinco. Las líneas, muy juntas hasta hace un mes, se ensanchan. El pegamento ya no funciona.
Van Gaal y Núñez
Las dudas de Flick son malas para Laporta. Muy malas. El presidente celebró a lo grande el 125 aniversario del Barça, pero la fiesta no tuvo un final feliz. El desenlace del partido contra Las Palmas fue parecido al del partido del Centenario. Ese día, el Barça perdió contra el Atlético de Madrid, con Van Gaal en el banquillo y Núñez en el palco.
Mucho han cambiado las cosas en el Barça. El club estuvo cinco años sin celebrar un título de Liga. Con Ronaldinho mejoró el estado de ánimo, pero los mejores años fueron con Pep Guardiola como entrenador. Entonces, el equipo azulgrana ganó 14 de los 19 títulos posibles.
En manos de Flick
El Barça tocó la gloria con Guardiola y Messi, pero el club no supo renovarse. El gasto se disparó y la crisis estalló tras el coronavirus. En 2021, en un momento crítico, Laporta arrasó en las urnas, pero su fórmula para mejorar las cuentas del club no ha sido demasiado imaginativa. Ha vendido activos y ha puesto en marcha la transformación del Camp Nou.
Hace medio año, con el Barça deprimido y Xavi cuestionado, Laporta contrató a Flick. El técnico alemán parecía ser la solución de todos los males, pero el equipo ha entrado en crisis y Laporta tiene un problema. Su instinto de supervivencia sigue intacto y necesita que el técnico alemán se reinvente con éxito. El Barça está en sus manos.