El Barça de balonmano es una máquina de ganar títulos. En España nadie cuestiona su autoridad. En Europa, sí. El Veszprem y el Kiel, dos clubes con mucho dinero, golpean en la línea de flotación de un equipo que mantiene su poder a pesar de los recortes presupuestarios.
El 30 de junio, Gonzalo Pérez de Vargas acaba contrato con el Barça y fichará por el Kiel, club que le pagará mucho más dinero. Antonio Carlos Ortega, el actual entrenador, también sabe que Melvyn Richardson jugará en el Wisla Plock a partir del 1 de julio y todavía no sabe si podrá contar con Hampus Wanne, extremo sueco de 30 años.
El relevo de Gonzalo
La marcha de Gonzalo se conoce desde hace más de un año. Ortega, decepcionado, le quitó la capitanía del Barça, pero el portero toledano sigue siendo una pieza básica para el Barça. Igual que Emil Nielsen, el otro guardameta, que también ha aceptado una oferta del Veszprem para jugar en el club húngaro a partir de 2026.
El Barça cuenta ahora con dos de los mejores porteros del mundo. Gonzalo ya tiene sustituto. Será Viktor Hallgrimsson, considerado el mejor portero de la Eurocopa de 2022. Destaca por sus buenos reflejos.
La marcha de Richardson
La otra baja importante será la de Melvyn Richardson. El lateral derecho fichó por el Barça en 2021 y se ha comprometio con el Wisla Plock. Melvyn es hijo de Jackson Richardson, internacional francés que jugó en el Portland San Antonio y que fue considerado el mejor jugador del mundo a principios del siglo XXI. Antes de fichar por el equipo azulgrana había jugado en el Montpellier.
El Barça tiene otro asunto por resolver. El club todavía no ha renovado el contrato de Hampus Wanne, uno de los mejores extremos del mundo, que también termina contrato en 2025.
El regreso más esperado
En la temporada 2025-26, el Barça espera destinar unos nueve millones de euros para la sección de balonmano. El gran golpe, salvo giro inesperado, será el regreso de Ludo Fàbregas, considerado el mejor pívot del mundo. El jugador francés jugó en el equipo azulgrana entre 2018 y 2023, antes de comprometerse durante dos años con el Veszprem. Su contratación ilusiona a Ortega y a Enric Masip, excapitán azulgrana y asesor de Joan Laporta.