Roger Grimau está dolido. El sueño de entrenar al Barça acabó en pesadilla, en una ruptura dolorosa que todavía no ha sido superada por el técnico de Sants. O eso parece. Su gestión estuvo bajo sospecha desde el primer día en una sección muy debilitada por la marcha de Nikola Mirotic. Hoy, dos meses y medio después de su salida del Palau, Grimau ha roto su silencio y asegura que se le faltó al respeto en su primera aventura como técnico de un equipo profesional.
"Se me ha faltado el respeto desde el primer día. Había gente que no quería que me fuera bien. En determinados momentos era un blanco fácil. Entonces pasaba de todo pero ahora que estoy fuera pienso que algunas cosas no fueron justas", manifestó Grimau en sendas entrevistas concedidas a Catalunya Ràdio y Rac-1.
Navarro y Mario Bruno
Grimau no dio nombres, pero apuntó a Juan Carlos Navarro, manager general, y a su mano derecha, Mario Bruno Fernández, máximos ejecutivos de la sección de baloncesto. El técnico, no obstante, aclaró que se queda con algunas cosas positivas y aseguró: "Dentro me he sentido a gusto y respetado, abrazado por mi gente”.
En sus intervenciones radiofónicas, Grimau se reivindicó com entrenador y recalcó: "He hecho en todo momento lo que me salía del corazón. En muchos momentos he hecho mucho bien a los jugadores. A nivel de experiencia, yo no creo que haya habido un partido que un entrenador rival me haya sorprendido. He estado a la altura".
La herencia de Grimau
Grimau ya es historia en el Barça. Su fichaje fue una apuesta de riesgo de Navarro y el técnico asumió que lo tendría complicado. "Desde el momento que firmé, sabía que podía ser despedido. Pero yo confiaba en seguir, tenía dos años de contrato, confiaba en hacer ese segundo año e intentar hacerlo mejor", comentó el ya exentrenador del Barça.
Roger Grimau, Darío Brizuela y Willy Hernangómez
En el Palau, Grimau apostó por un baloncesto atractivo y desenfadado. Al Barça, sin embargo, le faltó carácter en defensa. Ahora tiene tiempo para seguir formándose como entrenador y no descartó una nueva aventura: "Sí, claro. Soy entrenador y me gusta el basket. Creo que he demostrado estar al nivel, a ver qué depara el futuro”