España no es el Barça. Ni está dirigido por un gran técnico. Montse Tomé, quien ya formaba parte del staff de Jorge Vilda, fue la candidata escogida por la Real Federación Española de Fútbol. El juego del combinado nacional ha sido pobre. La entrenadora es la gran señalada. Sobre todo, por una decisión inentendible. Tomé dejó a la dos veces ganadora del Balón de Oro, Alexia Putellas, en el banquillo contra Brasil, en las semifinales de los Juegos Olímpicos (4-2), un partido que acabó con derrota de España.
De inicio salió con Jennifer Hermoso, cuya calidad sigue intacta, pero no es la misma desde que hizo las maletas y juega en la liga mexicana. La capitana del Barça, Alexia, salió con una desventaja de tres goles en el marcador. Algo insalvable. Con su salida, España marcó dos goles. Brasil uno más. La reina no pudo salvar a la Roja del fracaso. El objetivo del combinado nacional era el oro.
Tomé justificó después de la derrota la suplencia de Putellas. "Creo que por dentro estábamos bien. Alexia, por supuesto, aporta y ha aportado al equipo. Otros días le ha tocado a otras jugadoras. Todas no pueden entrar", relató tras perder contra la canarinha. La pizarra de la seleccionadora hizo estallar las redes sociales.
Con la entrada de Alexia, España maquilló el marcador. Generó más ocasiones. Dos de ellas las transformó en gol Salma Paralluelo. Putellas cambió la cara de la Roja. Antes, Tomé había cambiado a dos defensas por otras dos futbolistas que juegan atrás. No había tocado nada.
Fracaso consumado
La derrota de España supone un fracaso, al repetir por activa y por pasiva que iban a ir a por el oro. Ahora, la selección que dirige Montse Tomé deberá luchar por el bronce. La decepción de las jugadoras del Barça --Aitana Bonmatí y Cata Coll dieron la cara en zona mixta-- era más que palpable. España era la gran favorita. El bronce sabe a poco, sobre todo, por la gran generación de futbolistas que tiene la Roja.