El Barça de basket ya tiene atada y bien atada la renovación de su plantilla. De momento ya se han hecho oficiales las salidas de Rokas Jokubaitis, Ricky Rubio, Oriol Paulí, Nikola Kalinic y Oscar da Silva. También, los fichajes de Kevin Punter y Justin Anderson. Y, a corto plazo, el club espera notificar las incorporaciones del base Juan Núñez y del ala-pívot Chimezie Metu. En el Palau aseguran que tendrán mejor equipo que hace un año, pero también admiten que el Real Madrid será más poderoso en el juego interior.
Juan Carlos Navarro, manager general del Barça, ha cambiado a Da Silva por Metu, un jugador de la NBA que puede jugar de pívot y ala-pívot. En principio, el futuro jugador azulgrana debe aportar más puntos y rebotes. Debe ser el recambio ideal de Jabari Parker.
Tavares, Ibaka y Garuba
El Real Madrid, mientras, celebra la renovación de Edy Tavares por cinco temporadas. El pívot es la gran estrella del equipo de Chus Mateo. Su jugador más determinante. Esta temporada no contará con Poirier como suplente, sino con Serge Ibaka, a la espera también de Garuba.
Edy Tavares busca superar a Willy Hernangómez en las semifinales de la ACB
Serge Ibaka
Chus Mateo tendrá un Madrid más versátil en el que Tavares todavía asumirá más protagonismo. En el Barça, en cambio, Joan Peñarroya espera que Willy Hernangómez mejore las prestaciones de la pasada temporada, sobre todo en defensa, con el fichaje de Metu.
Punter, la nueva estrella
El Barça, asimismo, tendrá más recursos en el juego exterior. Punter, un escolta de 30 años, debe ser el nuevo líder del equipo, el jugador que asume riesgos en los momentos decisivos. Su fichaje podría comportar que Laprovittola alterna la posición de 2 con la de 1.
Chimezie Metu, en un partido con los Phoenix Suns
Joan Peñarroya, técnico barcelonista, también contará con Satoransky y Núñez, un joven de 20 formado en la cantera del Real Madrid, como bases, mientras que Darío Brizuela seguirá interpretando un papel secundario en un Barça que busca nuevos recursos, incapaz de contrarrestar el potencial del eterno rival bajo los aros.