La constelación de estrellas del Barça Femenino no se construyó de un día para otro. Antes de humillar a los rivales más temibles de Europa, el equipo de Jonatan Giráldez también había recibido duros correctivos en la Champions League. En la final continental de 2019, la primera de la sección, el Olympique de Lyon le endosó cuatro goles en media hora (4-1). Un lustro después, lo normal es que sea el FC Barcelona que arrase con el resto. El rendimiento superlativo de cracks como Caroline Graham Hansen justifica esa supremacía instaurada.

Después de aquella final, en el equipo azulgrana se reforzaron con el aterrizaje de la delantera noruega, que cambió el Wolfsburgo por Barcelona. "Cuando llegué aquí recuerdo que recibí muchas críticas. Que iba a Barcelona por dinero y que era un paso atrás en mi carrera", ha rememorado recientemente en una entrevista con The Guardian. Por aquel entonces, el equipo alemán ya se había consolidado en la élite europea. En 2013 y 2014 conquistó dos Orejonas consecutivas.

Precursora

Sin embargo, la jugadora de 29 años recalca que "desde el primer día sentí que este era el lugar donde debía estar". Graham Hansen apostó por un proyecto que todavía debía explotar todo su potencial a nivel nacional e internacional. Desde 2015 el cuadro catalán no conquistaba un título de Liga.

Fue llegar la extremo y empezar a ganar. "Aún recuerdo mi primer partido, un partido de entrenamiento en pretemporada. Fue entonces cuando dije: 'De verdad me voy a poner una camiseta del Barça con mi nombre'. Fue surrealista. Inento pellizcarme cada vez que entro en el Johan Cruyff y recordarme que esto no es para siempre y hay que disfrutarlo".

Líder de un equipo hegemónico

Qué manera de disfrutar y deleitar a las y los culés. La crack oriunda de Oslo acumula un palmarés envidiable con cuatro Ligas, dos Champions Leagues, tres Copas de la Reina y tres Supercopas. Especialmente en este curso 23-24, Hansen acumula la friolera cifra de 26 goles y 25 asistencias en 29 partidos, estadísticas solo al alcance de Leo Messi en el primer equipo masculino del Barça.

El abrazo entre Aitana Bonmatí y Graham Hansen en casa del Real Madrid FCB

A pesar de que el año pasado ni siquiera figuró en la lista de 30 finalistas al Balón de Oro, este 2024 presenta su candidatura firme a relevar a Aitana Bonmatí. Y eso que la futbolista azulgrana ya no se preocupa por los galardones individuales: "Siempre dije que no importa, pero como no he sido incluida en ningún premio durante los últimos cuatro años, dejó de importarme porque eso no me hace ganar títulos para el equipo, no me hace más feliz. ¿Por qué debería ponerle energía? Agradezco que la gente reconozca lo que hago, pero si no me reconocen, también está bien. Eso no me hace mejor o peor futbolista".

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