Inconsistencia, poca personalidad en momentos clave y falta de adaptación en el Palau. Son tres de los aspectos que están afectando a varios jugadores del Barça de basket, que no dan la talla y no cumplen, a día de hoy, con las aspiraciones y expectativas generadas a principios de temporada.
El equipo de Roger Grimau empezó el curso a gran nivel: 6-1 en la Euroliga --con victorias en canchas importantes como Olympiacos o Partizán-- y 7-2 en la ACB. Su segunda derrota en Europa llegó en Vitoria, contra el Baskonia, pero fue aplastante. Desde entonces, todas las semanas han estado plagadas de irregularidades y tropiezos.
El rendimiento y las sensaciones no han mejorado, sino todo lo contrario. Ahora el Barça está 10-5 en las dos competiciones, un 20-10 total que no es nada halagüeño para un club de su exigencia. Lo peor es la dinámica: 4-4 en los ocho últimos de Euroliga, 3-3 en los últimos seis en Liga Endesa.
Los fichajes no están cumpliendo
En esa tempestad de sensaciones contradictorias, hay protagonistas negativos. A Joel Parra y Darío Brizuela les está costando dar al salto de nivel que exigen la Euroliga y el Barça. Son fichajes estratégicos y jugadores internacionales, pero el primero pasa desapercibido, ha ido a menos en la rotación y no parece estar en buena forma.
Brizuela, por su parte, es un jugador de explosiones y rachas anotadoras, un buen complemento en un roster que debería tener otro guard con más producción y continuidad, dadas sus irregularidades en el acierto. Laprovittola ha firmado un extraordinario inicio de temporada, pero el Barça ha acabado dependiendo demasiado de su inspiración. Y ahí es donde Brizuela tiene que dar un paso adelante.
Tampoco Jabari Parker está siendo regular. Aunque está recuperando la confianza tras unos años plagados de lesiones, todavía está a algunos pasos de poder considerarse un pilar sólido y fiable del equipo, un cuatro de primerísimo nivel europeo. Dispone del talento, pero no es capaz de llenar el enorme vacío que ha dejado Mirotic.
Nnaji y Da Silva, inconsistentes
También hay jugadores del año pasado que, en su segunda temporada, no terminan de arrancar. Ejemplos de ello son Nnaji --que suena para la NBA-- y Da Silva, un alero de complemento que da una de cal y una de arena.
No son jugadores consistentes, igual que otros de sus compañeros. Y eso provoca que el Barça de Grimau, aunque tiene el talento suficiente para ganar a cualquiera, sea igualmente capaz de perder contra cualquier equipo si tiene un mal día.