Saltó la polémica cuando, la semana pasada, la seleccionadora Montse Tomé convocó en su relación de 26 futbolistas a Alexia Putellas. La capitana del Barça Femenino está lesionada, y se ha perdido ya los tres últimos partidos con el equipo de Giráldez. Sin embargo, decidió acudir en las últimas horas a la llamada de la Selección.

Un viaje de ida y vuelta, porque, aunque acudió a la la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, fue únicamente una visita de cortesía. Tras el chequeo de los médicos de la Roja, se comprobó que Alexia sigue lesionada y que no está disponible. Un trámite que ya se efectuó hace unos meses con Lamine Yamal, y que generó controversia.

A pesar de que no hay lesión grave, lo cierto es que el golpe que sufrió Alexia en el estreno de la Women's Champions League, contra el Benfica, no le permite todavía estar al cien por cien. Mientras tanto, sigue la tensión latente con el club.

Negociaciones paradas entre club y jugadora

La dos veces ganadora del Balón de Oro acaba contrato a final de temporada, pero las dos partes no han acercado posturas y en la entidad culé el escenario sigue siendo el de apretarse el cinturón con las renovaciones. Alexia es un caso especial, pero entra dentro de una política de contención en la masa salarial.

Alexia Putellas, durante un calentamiento con el FC Barcelona REDES

De ahí que el Barça no quiera tirar la casa por la ventana con la de Mollet. Y bien sabido es que, cuando la situación lo requiere, a Laporta no le tiembla el pulso. Prometió que Messi seguiría si ganaba las elecciones, y cuando regresó a la presidencia no lo cumplió. Al final de la temporada pasada prescindió de Mirotic, con contrato hasta 2025, y también de Cory Higgins. Si hay que tomar decisiones drásticas, las toma.

Delicada situación de Alexia en el Barça

Aunque la prioridad de la capitana es seguir en el FC Barcelona, quiere un gesto del club y eso pasa por una mejora de contrato. El caché deportivo y el tirón comercial de Alexia es importante, y sabe que fuera del Barça puede ganar mucho más dinero. Es por ello que, de momento, su renovación está parada y todo se mantiene en stand-by. Un estatismo con fecha de caducidad.

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