Todo fueron alegrías tras la conquista, con remontada incluida, de la Champions League 2022-23 por parte del Barça femenino. La comunión en el vestuario parecía absoluta, y el motivo era razonable. No todos los días se consigue una orejona, la segunda en la historia de la sección blaugrana. Tampoco se juega todos los días un Mundial, y el de Australia y Nueva Zelanda no será uno cualquiera. La Copa del Mundo 2023 promete batir récords de audiencia en lo que respecta a un torneo internacional femenino. En el caso de la selección española, existe una gran expectación por conocer la lista de convocados que Jorge Vilda desvelará el lunes.
Sobre todo, después de saberse que 12 de las 15 jugadoras que pidieron no ser convocadas en los últimos meses, han aprovechado ahora para reconducir la situación con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se han declarado de nuevo convocables, protagonizando una recogida de cable en toda regla. Si bien es cierto que entre las futbolistas implicadas se dejó claro que respetarían sus decisiones, en el entorno de algunas de ellas crecen las tensiones y rencillas.
Crecen las tiranteces y tensiones internas
Patri Guijarro, Claudia Pina y Mapi León han sido destapadas --según avanzó la Cadena SER-- como las jugadoras que se mantienen en sus trece. No quieren recular y defenderán sus derechos hasta el final, aunque ello implique perderse una cita tan importante para sus carreras deportivas. Según ha podido saber Culemanía por fuentes cercanas al vestuario culé, en el entorno de varias integrantes del Barça femenino están apareciendo tiranteces por lo que consideran una injusticia.
“Patri Guijarro renuncia a un Mundial en el mejor momento de su trayectoria por defender sus principios hasta el final, mientras otras de mayor renombre --como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí-- se bajan los pantalones. Y son ellas las que realmente tendrían que dar ejemplo para luchar por los intereses del resto”, protestan voces cercanas a las tres disidentes que se mantienen firmes, críticas con la decisión que han tomado sus compañeras a la hora de ceder ante la Federación.
Dos posturas opuestas, pero entendibles
Ambas partes tienen argumentos de peso para defender sus respectivas posturas; para escoger un camino o el opuesto. Las jugadoras que probablemente reculen y acaben entrando en la convocatoria de Jorge Vilda, como Alexia y Aitana, no están dispuestas a perderse una cita con la que siempre han soñado. Y seguirán defendiendo su pensamiento crítico ante la metodología de trabajo de la selección española, aunque puede que de otra forma menos drástica.
Mapi León, Patri Guijarro y Claudia Pina, en cambio, no están dispuestas a retroceder ni mostrar signos de debilidad, aunque ello implique realizar un sacrificio tan mayúsculo como lo es perderse el Mundial. Cualquiera de las dos posturas es entendible, pero eso no quita que la tensión latente entre las jugadoras --y especialmente sus entornos-- aumente de forma progresiva.
Nadie quiere estar en la piel de Jorge Vilda
Jorge Vilda hará pública su lista de 26 jugadoras el 12 de junio, y dispondrá de tiempo para efectuar tres descartes hasta el 30 de junio. Lo que sí es una certeza es que él tampoco lo tendrá fácil. Sin las 15 jugadoras disidentes, a la Roja no le ha ido nada mal. Se ganó un amistoso contra Estados Unidos y se empató ante Suecia, dos de las selecciones más potentes del panorama internacional.
Si el seleccionador no convoca a las futbolistas que reculen, se le criticará por prescindir de las mejores del mundo. Y si lo hace, en cambio, podrían lloverle críticas por no premiar el rendimiento deportivo que han mostrado quienes sí han acudido a la llamada nacional en los últimos meses. Una decisión complicada, pero de vital importancia. En juego está la responsabilidad de formar la mejor plantilla posible no sólo para disputar el Mundial... Sino para ganarlo.