El Real Madrid se enfrentaba al décimo clasificado de la Bundesliga. El VfB Stuttgart era el rival en el estreno del conjunto de Carlo Ancelotti en la nueva Champions League. Volvía a sonar el himno de la Copa de Europa en el Santiago Bernabéu. Como cada año, la película fue la misma. El equipo alemán ahogó a los merengues de tal manera que el héroe en la primera parte no fue otro que Thibaut Courtois. Un cabezazo de Rudiger dio la victoria al Madrid --cómo no-- en las instancias finales de partido (3-1).
Hasta cuatro manos decisivas sacó el guardameta belga para evitar el primer tanto de los de Sebastian Hoeneß. La yema de los dedos de Courtois salvó al Madrid, en un uno contra uno del centrocampista Angelo Stiller contra el portero. En otra ocasión posterior, el travesaño salvaguardó a los de Ancelotti. El Stuttgart fue víctima de un escenario que no para de repetirse contra los blancos.
En el rechace de un córner el balón quedó dividido. Antonio Rudiger se quejó de una patada dentro del área. El colegiado Umut Meler señalaba, en prima instancia, la pena máxima. El VAR salvó al Stuttgart. El penalti era inexistente. El defensa alemán del Madrid se quejaba de que un jugador visitante le había clavado los tacos al despejar el balón. Las imágenes demostraron la simulación de Rudiger. El Madrid podría haber tapado el baile del Stuttgart en la primera parte con una mínima ventaja en el marcador.
El primero de Mbappé
Todo el trabajo del Stuttgart quedó hecho añicos en el primer minuto de la segunda mitad. Tras un balón en largo, Mittelstadt, lateral izquierdo, erraba en interceptar el balón. Rodrygo, a la carrera, encontraba a un Kylian Mbappé solo en el segundo palo. Era un dos contra uno imposible de fallar. El delantero francés sumaba su primer gol en la historia de la Champions con la camiseta del Madrid.
Mbappé calmaba, solo momentáneamente, a un Bernabéu que empezaba a estar harto del juego de su equipo. Y los aficionados del Stuttgart por fin cantaron 'aleluya'. En un córner servido al segundo palo, con posterior pase al centro del área pequeña, los alemanes abrieron su cuenta personal. Undav hacía el primero del conjunto visitante en el 68 y empataba el encuentro.
Ancelotti no encuentra soluciones. Su equipo no está cómodo en el campo. Vinicius, Bellingham, Mbappé y Rodrygo finalizan, pero no crean. La sombra de Kroos es larga. Carletto intentó cambiar las cosas sacando a Tchouaméni y metiendo a Modric. La frustración se apoderó del Madrid. Hasta un entrenador educado como Ancelotti perdió los papeles con el cuarto árbitro.
Salvó la papeleta Rudiger en el minuto 83 de partido. Como si nada hubiera sucedido en la hora y media aproximada de partido, las quejas del público cambiaron por un "¡cómo no te voy a querer!" sonando al unísono. En una contra, con todo el Stuttgart arriba, Endrick puso la puntilla final, con un gran disparo lejano. Lo celebró con la grada. Así funciona el Real Madrid, que estuvo a nada de hacer el ridículo en su estreno en la Copa de Europa. El resultado es engañoso.