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El Barça ya no es una máquina casi indestructible. Faltan algunas piezas y otras chirrían. A cinco puntos del Real Madrid en la Liga y con solo 7 puntos de 12 posibles en la Champions, Hansi Flick debería intervenir, pero el técnico alemán es una persona tan exigente como rígida. A la espera de que vuelvan Joan García y Raphinha, necesita también que otros futbolistas recuperen su mejor nivel.

El Brujas, un equipo de perfil medio-bajo, sacó los colores del Barça. Szczesny encajó tres goles y suerte tuvo de que el árbitro anuló otro en una decisión polémica. El campeón de la Liga generó muchas ocasiones, pero también palideció en defensa. Muchos futbolistas suspendieron en el Jan Breydel Stadium.

Defensa frágil

Szczesny, portero titular por necesidades del guion, tuvo un mal día. Normalmente, para lo justo. En Bélgica no estuvo muy inspirado y se complicó la vida en los últimos instantes en un mano a mano con Romeo Vermant.

Wojciech Szczesny en el Brujas-Barça de la Champions League EFE

Los cuatro defensas (Koundé, Éric García, Araujo y Balde) estuvieron muy erráticos. Balde falló en dos de los tres goles, aunque fue quien más iniciativa tuvo en ataque. Araujo, por su parte, sufre mucho con el actual sistema de Flick. Koundé es una mala fotocopia del futbolista de la pasada temporada.

Ronald Araujo comete falta sobre Vargas durante el Sevilla-Barça EFE

Mala versión de Olmo

En el centro del campo, Frenkie de Jong luchó mucho, pero no aportó la clarividencia que necesitaba el Barça. Tampoco estuvo bien Casadó, aunque mucho más preocupante es el rendimiento de Dani Olmo.

Dani Olmo durante el Newcastle-Barça REDES

En ataque, el Barça vive de la magia de Lamine Yamal, pero necesita a Lewandowski, que ya ha sufrido dos lesiones musculares en los últimos meses. En Brujas, el crack de Rocafonda tuvo una gran actuación. También estuvo bien Ferran Torres. La nota discordante fue Marcus Rashford, un futbolista muy físico, pero con limitaciones técnicas.

Marcus Rashford en el Brujas-Barça de la Champions League EFE

Diagnóstico claro

Flick asegura que tiene claro el diagnóstico. El domingo, el Barça juega contra el Celta y luego habrá otro parón. Tal vez sería un buen momento para la autocrítica y para abrir la mente. El equipo no carbura

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