El Barça no mejora. Sigue tocado. El plan de Hansi Flick encalla y su equipo no ofrece síntomas de recuperación. Tras un año maravilloso, la euforia se diluye partido tras partido. Las piezas no encajan y el Barcelona encaja muchos goles. Nadie vislumbra una solución inmediata y Frenkie de Jong admite que ganar la Champions es casi una utopía. La realidad es dura, sobre todo para Joan Laporta, un presidente tan ciclotímico como la misma institución. Su reencuentro con Carles Puigdemont, escondido en Brujas, no fue demasiado plácido para el máximo dirigente barcelonista, que escuchó gritos de "Barça sí, Laporta no" al abandonar el estadio.
El Barça se tambalea, en los despachos y, ahora también, en el campo. Las recetas de Hansi Flick ya no funcionan, ya sea por las lesiones de futbolistas muy importantes o por un deseo menor. A cinco puntos del Real Madrid en la Liga y con siete puntos de 12 posibles en la Champions, el curso tiene mala pinta.
Lamine Yamal
Hace un año, el Barça entró en crisis en noviembre y diciembre. Antes, sin embargo, el equipo había arrollado a sus rivales, con un fútbol muy directo y una presión asfixiante. En el actual ejercicio, en cambio, ha dejado pocos destellos de clase y cada día se parece más al Barça de Xavi Hernández. Eso sí, con un Lamine Yamal mucho más trascendental.
Hansi Flick, antes del partido del Barça en Brujas
Lamine Yamal, derribado por dos jugadores del Brujas
El Barça palidece en defensa porque ataca mucho peor que hace un año y la distancia entre líneas es muy grande. Faltan equilibrio y futbolistas con más carácter. Hay tiempo para revertir la actual tendencia, pero el equipo sigue desconectado, sin chispa, entregado a Lamine.
Joan García y Raphinha
Se apaga el Barça, pendiente de que Flick agite el avispero y recupere dos jugadores imprescindibles como Joan García y Raphinha. El factor sorpresa desaparece y pocos futbolistas mantienen el nivel de la pasada temporada. Deco, de momento, mantiene la calma y Laporta, una vez más, vive al límite. El equipo encalla, pero el presidente se agarra al inminente (o eso parece) regreso al Camp Nou para vender un relato positivo.
Tresoldi marca el primer gol del Brujas
Laporta está en manos de Flick y el técnico se encomienda a Lamine. Asegura el máximo dirigente que la recuperación del Barça es una realidad, pero sus palabras no se sustentan con buenos números. Su gestión tiene muchos detractores y el prestigioso New York Times cuestiona sus métodos y sus malabares contables.
El nuevo Camp Nou
En noviembre, el Barça suscita más dudas que ilusión. En noviembre, también, el primer equipo podría volver al Camp Nou. No será, como quería Laporta, el día del 125 aniversario, pero tal vez pueda celebrar sus 126 años de historia en su casa. Un año de retraso ya no parece nada del otro mundo.
fotos camp nou
Los socios y aficionados del Barça podrán volver el viernes al Camp Nou, para presenciar un entrenamiento del primer equipo de puertas abiertas. Será una prueba piloto, con 23.000 espectadores para evaluar las medidas de seguridad, los accesos y la evacuación del estadio. A finales de mes, Laporta espera que el Barcelona pueda jugar ante el doble de aficionados.
En Brujas, el presidente acabó frustrado y preocupado. Y, también, molesto, tras escuchar gritos de "Barça sí, Laporta no" cuando abandonaba el Jan Breydel Stadium. Un mal presagio, o no, a meses vista de las elecciones de 2026.
