El Barça vuelve a ser el Barça. La Masía ha devuelto al equipo azulgrana a su pedestal. Tras varios años de travesía por el desierto, el FC Barcelona ha recuperado el mundo gracias a otra generación dorada de canteranos. Los pupilos de Hansi Flick han perdido uno de los clásicos más tensos del último lustro por la mínima (2-1), lastrados por las bajas, con concesiones defensivas y jugadores todavía condicionados por sus recientes dolencias, como son los casos de Lamine Yamal, Jules Koundé y Ferran Torres.
Los mismos jugadores dejaron al Real Madrid sin títulos en la temporada 2024-25 y se quedaron a un solo paso de levantar la Champions League. El club blanco se las prometía felices con la crisis económica de la entidad catalana años atrás, pero la prolífica cantera barcelonista está de vuelta. Con ello, también regresa la rivalidad de los clásicos a su máximo esplendor. Como en los tiempos de Pep Guardiola y José Mourinho, el fútbol base azulgrana lucha contra la cartera de un equipo remozado a golpe de billetera.
Todos contra Lamine
Siguiendo con los paralelismos, las comparaciones entre Leo Messi y Lamine Yamal son inevitables ante una explosión tan precoz que evoca el aura messiánica de la pulga. La joya de Rocafonda infunde la misma impotencia en sus rivales que el astro rosarino antaño.
Si bien no atraviesa su mejor momento de forma, aquejado por una pubalgia y una posterior recaída, un zagal de 18 años ha despertado la ira y el pundonor de todo el Real Madrid. En su segundo año como profesional, antes de cumplir la mayoría de edad, Lamine dejó una huella tan honda en el vestuario merengue, que prácticamente la plantilla al completo lo ha increpado al término del partido por un simple lapsus con el verbo "roban" en los días previos.
Celebrado como un título
Vinicius Jr, hastiado de los recitales azulgranas de la temporada anterior, ha intentado sacar del partido a la estrella de Mataró con todas las provocaciones posibles durante el partido. El extremo brasileño ha espetado a su rival que solo jugaba la pelota "para atrás" en una de sus constantes muestras de trash talking para desestabilizar. Al final del partido, todos los regodeos habidos y por haber para sacar de quicio a la plantilla barcelonista.
Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria contra el Barça en el clásico
La victoria madridista se ha celebrado como un título a pie de campo, porque vencer al Barça de Hansi Flick equivale a un trofeo moral, después de cuatro derrotas consecutivas contra el eterno rival. Como aquella final de la Copa del Rey (0-1) el primer título de Mourinho en Chamartín que sirvió de consuelo merengue en una temporada 2010-11 monopolizada por el tiki-taka de Pep.
La frustración de Mourinho
Precisamente, la épica final de la Copa del Rey en la Cartuja en abril de 2025 se saldó con remontada azulgrana (3-2) y tres expulsiones madridistas fruto de la impotencia. Antonio Rüdiger llegó a lanzar hielos al colegiado Ricardo de Burgos Bengoetxea desde la banda, y sus compañeros tuvieron que sujetarlo para que no se abalanzara sobre el árbitro. Lucas Vázquez y Jude Bellingham también terminaron con sendas tarjetas rojas. Lamine se había cargado el equipo a la espalda con la asistencia decisiva a Ferran Torres para forzar la prórroga.
Mourinho mete su dedo en el ojo derecho de Tito Vilanova
Salvando las distancias, ilustres derrotas del Real Madrid a manos del Barça en la época de Mourinho y Pep también degeneraron en trifulcas como la vuelta de la Supercopa de 2011. La camada de oro dirigida por Guardiola agotaba la posesión en los últimos 30 segundos del encuentro (3-2) con el título en el bolsillo, y Marcelo ensució las postrimerías de la contienda con una entrada fea sobre el debutante Cesc Fábregas, castigada con la expulsión. En el último suspiro se desencadenó aquella trifulca en la que Mou metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova, que reaccionó con un empujón a la agresión de su homólogo.
Ramos y Pepe
En aquella manita (5-0) de la temporada 2010-11, Sergio Ramos descargó toda su frustración sobre la pierna de Leo Messi con una patada escalofriante que desató la reacción airada de todos los compañeros de selección del central camero en el bando azulgrana. Gerard Piqué, Carles Puyol, Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Sergio Busquets, del primero hasta el último, arrancaron a la carrera indignados con una infracción más digna de artes marciales.
El pisotón de Pepe a Leo Messi en 2012
En la actualidad, los zagueros madridistas no se emplean con la misma dureza de Ramos o de su compañero Pepe. El ya central portugués no necesita carta de presentación, pero pisó la mano del legendario 10 a conciencia en unos cuartos de final de Copa que cayeron del costado azulgrana en 2012. Eran otros tiempos. Aun así, la tensión escala cada clásico que transcurre. Las estrellas precoces de Barça y Madrid se retan constantemente en un pique motivado por la resurrección barcelonista y la imperiosa necesidad merengue de recuperar el orgullo ante el eterno rival.
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