Hansi Flick conversa con Joan Laporta antes de un entrenamiento del Barça

Hansi Flick conversa con Joan Laporta antes de un entrenamiento del Barça FCB

Primer equipo

El gran problema de Laporta con los entrenadores del Barça: el síndrome del globo pinchado

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Joan Laporta, presidente del Barça, tiene un gran problema con los entrenadores. Es un mal que se ha repetido en su segundo ciclo al mando del club azulgrana: Ronald Koeman, Xavi HernándezHansi Flick. Todos, en mayor o menor medida, han tenido que sufrir la improvisación constante el dirigente del FC Barcelona, lo que debilita por completo el proyecto deportivo. Algo así como un globo que se infla mucho y, de repente, explota. 

La inestabilidad que transmite el Barça en lo deportivo, institucional y financiero afecta al trabajo de los entrenadores. Los altos mandos del club se han encargado de poner muchas piedras en el camino del primer equipo en los últimos tres años y medio. Es un gran problema que amenaza con complicar la relación entre Laporta y Hansi Flick.

Ruptura con Koeman

Koeman fue el primero en sufrir la improvisación de Laporta. El técnico neerlandés coincidió con los primeros meses del mandato de Jan, donde fue capaz de ganar la Copa del Rey en 2021, el último título de Leo Messi con el Barça. A pesar de mostrar su confianza en el entrenador en ese verano, lo cierto es que el mandatario cambió rápido de opinión en el comienzo de la temporada 2021-22.

Joan Laporta y Ronald Koeman en las instalaciones del Barça

Joan Laporta y Ronald Koeman en las instalaciones del Barça FCB

El despido de Koeman parecía inevitable, teniendo en cuenta que Laporta le dejó una plantilla con poco talento diferencial a partir de las salidas de GriezmannMessi. El día de la sentencia llegó a finales del mes de octubre, cuando el Barça cayó en casa del Rayo Vallecano. El dirigente del FC Barcelona decidió destituir a la leyenda culé en el avión de regreso. Desde entonces, la relación entre las dos partes solo se puede definir como fría y distante

El trato a Xavi

Tras el despido de Koeman, la decisión de Laporta fue fichar a Xavi Hernández para dar vuelta a la negativa dinámica. Nunca representó la opción ideal del mandatario del Barça, debido a que consideraba que el técnico egarense no tenía la experiencia necesaria. Esas dudas iniciales fueron las que marcaron una gestión tan errática como polémica de uno de los mejores futbolistas de la historia del club. 

A pesar de ganar dos títulos (Liga y Supercopa de España) en la temporada 2022-23, la paciencia del abogado barcelonés con Xavi se agotó rápidamente en el siguiente curso. Esa poca confianza en el entrenador se vio reflejada cuando puso a Deco por encima en la estructura deportiva. El exjugador portugués no encajó por completo con el de Terrassa, que tenía una mejor relación con Mateu AlemanyJordi Cruyff.

Al marcharse los dos ejecutivos, el entrenador del Barça se quedó solo. Nadie salió en su defensa a lo largo de la temporada 2023-24, cuando el equipo sufrió numerosas polémicas arbitrales. La gota que derramó el vaso fue la ratificación de Xavi en abril y el posterior despido en mayo. Diferentes situaciones que dejaron claro que Laporta apenas tenía fe en el mencionado técnico.

Primera fricción

Los últimos antecedentes no invitan al optimismo con Hansi Flick. El presidente de la entidad azulgrana se ha mostrado súper complacido con el trabajo del técnico alemán, sobre todo por adaptarse a una plantilla con limitaciones. Esa lluvia de elogios es lo que ha marcado los primeros meses de la relación, aunque ahora el entrenador se empieza a topar con la improvisación de Laporta.

Joan Laporta, junto a Hansi Flick, en la presentación del entrenador alemán con el Barça

Joan Laporta, junto a Hansi Flick, en la presentación del entrenador alemán con el Barça EFE

Flick es ordenado, riguroso y rígido. No le gusta ver la inestabilidad que transmite el Barça en todas sus filas. Así lo ha expresado al ver la negligente gestión del caso Olmo. El entrenador alemán no está contento con la situación. Y no es para menos. La junta directiva, en vez de ofrecer recursos para competir por los títulos, hace todo lo contrario y debilita la plantilla por basar su estrategia en la improvisación llevada a su máxima expresión. Este puede ser el origen de una fricción mucho más grande entre las dos partes. No olvidemos que Flick castiga a sus jugadores sin jugar por llegar 5 minutos tarde y Laporta llega tarde todo el tiempo.