Descartado por Xavi. Imprescindible para Hansi Flick. Este ha sido el cambio que ha vivido Iñigo Martínez en tan solo unos meses. El técnico egarense reclamó su fichaje hace un año, pero las lesiones privaron al central de Ondarroa de mostrar su mejor versión. El Barça logró inscribirlo como cedido. Este verano estaba en las mismas, pero Flick insistió en su alta hasta el inicio de Liga.
El club logró alistarle con la baja de Ronald Araujo. Ahora ya no hay quien lo saque del eje de la defensa. Iñigo se complementa de maravilla con Pau Cubarsí. Tiene una buena salida de balón y compensa la explosividad perdida con el tiempo --tiene 33 años-- con la inteligencia. Sabe forzar el fuera de juego a la perfección. Encaja en este Barça como un guante, pero le queda poco tiempo en el club por contrato.
Cláusula salvadora
Iñigo es alguien con los pies en el suelo. Le gustaría seguir vinculado a la institución. De seguir con este rol, no tendrá problemas en hacerlo. Si la temporada acabase hoy, Martínez quedaría libre. Su contrato termina en 2025, pero tiene una cláusula por la que si alcanza el 60% de los partidos jugados, obtiene un año más.
El zaguero vasco se ha erigido como un capitán sin brazalete. Dentro del vestuario es una pieza clave. Sobre todo, para los jóvenes. Por este motivo, a pesar de su veteranía, no sería de extrañar que el Barça intente renovar al ex de la Real Sociedad y el Athletic Club, dejando a un lado la cláusula de su contrato.
Próximas altas
Ronald Araujo y Andreas Christensen tienen perfiles distintos. El jugador charrua es un corrector. Más despistado, puede no trazar la lína del fuera de juego correctamente, algo indispensable para Flick. Aunque lo compensa con su físico. Con el futbolista danés, en cambio, hay muchas dudas con su estado físico.
Quizás no como titular, pero Iñigo puede seguir siendo importante, por experiencia y galones, en el Barça, a pesar de su veteranía. Si acaba esta temporada con el mismo rendiemiento mostrado hasta estas fechas, se habrá ganado la renovación a pulso.