Ya lleva 11 goles y 6 asistencias esta temporada. Antoine Griezmann es uno de los nombres de la Liga, la gran estrella del Atlético de Madrid, colíder junto al Barça, su exequipo, al que amenaza con arrebatar el primer puesto este sábado en Montjuïc. El delantero francés demuestra, jornada tras jornada, que calidad no le falta. Simplemente, el experimento, que empezó en 2019, no salió.
Griezmann llegó en el peor momento al Barça, lamentan fuentes cercanas al futbolista. Pudo haber fichado un año antes, en la temporada 2018-19, pero no se movió del Atlético, algo que anunció en La Decisión, un documental que se emitió en Movistar el 13 de junio de 2018 y que marcó su etapa en el club azulgrana. Gerard Piqué estuvo detrás del metraje. Kosmos, su empresa, fue la productora.
Se desdice
Bartomeu se cabreó. "Me ha llamado. Estaba jodido porque pensaba que el jugador acabaría viniendo. Hay que quitarle hierro a todo esto. Los grandes jugadores siempre tienen las puertas abiertas del Barcelona, pero deben tener ganas de venir", aseguró Piqué.
Aquel mismo año, Griezmann renovaría con el Atlético para marcharse un año después, por los 120 millones de euros que marcaba la cláusula de rescisión firmada. Antoine se acabaría arrepintiendo de fichar por el Barça, donde no fue tan feliz como en la capital estatal. Los motivos son varios y muy distintos.
Ambiente enrarecido
Eric Olhats, exasesor de Griezmann, en un documental sobre la vida de Antoine, a pesar de no representar al francés desde hace tiempo, afirmó que Leo Messi "es al tiempo un emperador y un monarca y no le gustó mucho la llegada de Antoine". "Su actitud fue deplorable y lo hizo notar", agregó.
Todo parecía indicar que Messi no estaba muy de acuerdo con su llegada, después de esperar su fichaje un año antes y ver en un documental cómo anunciaba que se quedaba en el Atlético.
Durante esa época, el tío de Griezmann también habló: "Sé lo que pasa dentro. No es fácil". "Los entrenamientos están hechos para gustar a ciertas personas. Es evidente que no se trabaja", reflexionó.
Un Barça disfuncional
Al final, acabaron entendiéndose. Sobre todo, en el terreno de juego. Los dos son jugadores inteligentes y con una gran colocación. Sin embargo, a diferencia de Ousmane Dembelé o Philippe Coutinho, que no han dejado huella, Griezmann ha acabado convirtiéndose en una leyenda del fútbol.
Tuvo la mala suerte de llegar a un Barça cuyas vacas sagradas estaban entrando en sus últimos años de esplendor. En su primer año, Ernesto Valverde acabó siendo despedido y llegó Quique Setién. Luego, Bartomeu decidió contratar a Ronald Koeman. El Barça nunca recuperó un juego atractivo ni una presión elevada, o un estilo similar al del Atleti, donde él pudiese destacar.
No salió rentable
Griezmann estuvo solo dos años en el Barça. Hasta 2021. Nunca jugó en su posición, y ese es uno de los motivos por los que no triunfo, según creen en su entorno. Siempre se sacrificó y cumplió allí donde se le puso, pero no brilló al nivel esperado. Su rendimiento, en líneas generales, fue bueno. Marcó 37 goles y dio 17 asistencias.
El delantero de Macon no salió rentable. Volvió al Atlético de forma precipitada, cuando el Barça buscaba liberar fichas para sanear su economía. Con el regreso de Joan Laporta, el club azulgrana pactó una cesión de una temporada más otra opcional, que se activaba si jugaba el 50% de los partidos.
Griezmann dejó su pequeño sello. Fue clave en la Copa del Rey que conquistó el Barça de Koeman. El Atlético acabó pagando solo 22 millones por su regreso. Al conjunto culé le costó 120. En lo económico, el negocio fue un fracaso, con un salario que iniciaba en los 17 millones fijos. En lo deportivo, su trayectoria en el Barça está infravalorada.
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